Llamadme monstruo con corazón de pierda, pero mejor morir con la conciencia sucia que de hipotermia y golpe de rayo.

Seguidores

lunes, 8 de mayo de 2017

Ojalá no existiera el miedo.

Buenas tardes.
Hacía ya tiempo que no escribía en este blog, y es que resulta que me he venido a vivir a Dinamarca a estudiar la carrera de Ventas Internacionales y Marketing.
Todo empezó por lo que podría ser una experiencia maravillosa, reconfortante, llena de historias que contar, de diversión, de borracheras, de gente nueva y de tiempo sobretodo para madurar.
Me quedan dos meses aquí, y sinceramente, por una parte quiero que se acabe ya, aunque luego me tocará volver para el próximo curso.
La mayoría de veces que escribo (al menos últimamente, aunque hace ya tiempo que no lo hacía), es solamente para aliviar los malos pensamientos y poder pensar con mayor claridad.
Es cierto que este post no lo estoy escribiendo para nadie. Lo escribo porque creo que me puede ayudar.
**
Siempre me he considerado una chica fuerte, bastante fría, de esas que no saben expresar lo que sienten en persona. Alguien que no es precisamente de las que piensan antes de actuar.
Después de pasar una relación bastante tumultuosa, me volví una persona dura de pelar, como en la película de Shrek donde se compara con las cebollas (por sus capas). Me volví una piedra para todo aquello que tuviera que ver con el amor "romántico". ¿Que por qué digo "romántico"? porque el amor romántico es una idea del modernismo hispanoamericano que surge en el siglo XVIII, cosa que está totalmente desfasado o al menos debería de estarlo en pleno siglo XXI.
**
Bueno, volviendo al tema principal. A pesar de ser una cebolla con este tipo de relaciones, volqué todo el amor que tenía dentro de mí en mis amigos, en mi familia. Sobretodo en mi familia. Se han convertido en personas que jamás hubiera llegado a pensar que te podrían ayudar tantísimo.
Dejé que mi corazón se abriera con la gente que me quería de verdad. Empiezas a decir te quiero sin esfuerzo, empiezas a dar abrazos largos que te llenan el alma, a ponerte como una loca cuando te reencuentras con alguien a quien hace muchísimo tiempo que no ves... Tratas de ser sincera, tanto para lo bueno como para lo malo (sin pecar de sincericidio claro). Y empiezas de verdad a ver lo maravilloso de las personas que te rodean y que de verdad les importas. Empiezas a apreciarlas de verdad. A forjar grandísimas amistades, a fortalecer antiguas amistades y también a desechar a personas que no merecen tu tiempo ni tu cariño.
En año y medio (quizá un poquito menos desde mi último post), no se me había vuelto a aparecer nadie con el que yo pudiera quitarme capas. Solo obsesión, morbo o ganas de pasarlo bien un rato. Aparte de eso, me preocupé bastante de que nadie con más intenciones de las que yo tenía/quería, me llegaran a conocer más de la cuenta.. Ya me entendéis.
Hasta que claramente aparece una persona que no esperabas encontrarte (si, es de cajón, pero qué le vamos a hacer, de todo se cansa una). Y que al cabo de unos meses.. Madre mía. Crees que has conocido lo que siempre necesitaste para quererte a ti misma y quererle a él tanto por eso mismo.
Bueno, las cosas se terminan. Pero cuesta mucho. No lo supero y realmente estoy desbordada de cansancio, odio y estrés. Sé por experiencia que el tiempo lo cura todo, pero no quiero pasarme mis dos últimos meses sumida en la miseria.
¿Qué puedo hacer? ¿Cómo superarlo? Lo he probado todo (en el buen y el mal sentido, algo de lo que no estoy nada orgullosa). Llevo semanas llorando y tengo a mi compañera de piso (mi adorada Dori) lánguida porque no sabe que hacer ya para ayudarme.
Pasar de sentirte en una nube, a sentirse perdida y sin ganas de salir ni de la cama...
Tantas cosas bonitas he pasado con él.. 
Cuesta tanto olvidar lo maravilloso que ha sido todo, y pensar que no he sabido apreciar lo que me estaba ofreciendo, por el puto miedo de que me volvieran a hacer daño otra vez.
El miedo es una puta mierda. Hablando mal y claro. Si no arriesgas no ganas, y el miedo te hace perderlo todo. 
Aprendida está la lección.. Pero demasiado tarde.
Lo malo es que de nuevo, he acabado dañada aunque me reconforta saber que al menos no ha acabado tan mal como podría haber sucedido, pero sigo teniendo miedo de conocer a alguien que pueda hacerte sentir de nuevo lo mismo que este chico, y que luego todo se vaya al traste. La próxima vez espero ser más valiente y dejar que las cosas fluyan porque nunca sabes lo maravilloso que puede llegar a ser la gente y lo que puedes perderte si cierras los ojos.
Por el momento solo me queda escribir. Escribir, y esperar a que el tiempo pase.

jueves, 11 de febrero de 2016

Chulo

Hoy, al salir de mi casa, a las 8 a.m. me he acordado.
Me he acordado de las injusticias. De las putas incoherencias mentales.
Luego, al subirme al autobús, he pensado en ti. En lo poco que te conozco, y lo mucho que me gustas. En esa noche a las 7 de la mañana saliendo del bar en la que nos emborrachamos tanto a cervezas, que yo acabé cayéndome en un arbusto enorme, que luego tú me fuiste a coger y te quedaste conmigo atrapado.
Que al levantarnos me imitas y de lo afectado que vas, acabas tropezándote de verdad y los dos acabamos en el suelo besándonos como dos adolescentes.
No había tiempo, no había lugar. Era verte por los suelos desencajado de la risa y se me hacía la boca agua. 
Todo era una maravilla. Encontré el mejor sexo que había probado hasta ahora. 

Y luego te marchaste. A pesar de lo que te "encantaba" y a pesar de que la cara de idiota que se te ponía cuando me mirabas no era ni medio normal.

Los amores de verano, los amores de los pueblos, y los amores de película... Que parece que no hacen mella en nosotros pero si que tienen peso.
Que aunque a uno le traten como el culo, nos pensamos que no vamos a encontrar nada mejor y volvemos a lo que tenemos por miedo a no encontrar nada mejor.
Pero tú conmigo lo tenías. Tenías algo mejor. Si no sabes apreciarlo, no voy a ser yo la que te abra los ojos.
Adiós, chulo.



miércoles, 9 de diciembre de 2015

Quiérete.

Como propósito de fin de año me he propuesto no ser tan gilipollas y valorarme un poquito más, que ya es hora.
Lo más importante para empezar es hacer que dejen de importarte las personas que no valen nada.
Dejar a un lado a los fantoches, a los que te roban energía, a los farsantes, a las personas sin alma y sin corazón... Dejar a toda esa gente que no es más que apariencia. Gente que no te aporta nada, gente con la que pierdes el tiempo y no ganas en salud precisamente.
A la gente que habla de banalidades y te critica por cada acción o palabra que dices. Y luego encima estamos nosotros intentando agradar a todo el mundo...
¿Qué sentido tiene?

Y después dejar las tonterías a un lado y pensar con la cabeza.
Queremos que nuestra vida sea interesante, alegre y llena de anécdotas que contar... ¿Pensáis que se puede tener una vida así con gente vacía por dentro a tu alrededor?
Ya sabéis esa frase de que <esperamos toda la vida a que pase algo maravilloso, y lo único maravilloso que pasa es la vida>.
Pues tengo un truco para saber la gente que sí merece estar en tu vida y la gente que no. Tampoco es que sea un secreto filantrópico la verdad. Si te reúnes con gente y sientes que un florero tiene más atención que tú, si sientes que tus opiniones no las valoran, si la gente no te hace ni puñetero caso por mucho esfuerzo que pongas...
¡A TOMAR VIENTO Y A FREIR AMAPOLAS! A esa gente ni agua, ni chicha ni limoná.






lunes, 16 de noviembre de 2015

Impulsos y frustración


Es verdad. Es cierto. 
Cuanto más cosas tengo en la cabeza, menos ropa quiero tener encima. 
Y bien... ¿Que quieres decir con esto? 
No quiero decir nada en especial; solo que las personas como yo, nos desquitamos de los sentimientos de la cabeza y las convertimos en emociones y reacciones del cuerpo como método de defensa.
Como cuando el camaleón cambia de color, por miedo a ser devorado por sus depredadores.

**
Bueno, bueno...
Y qué. Ciertamente me siento bastante orgullosa de tener una barrera inquebrantable y poder hacer lo que quiera con quien quiera sabiendo que los sentimientos ni se van a asomar por encima. 
Todo son impulsos. Pero nunca por ningún sentimiento más allá de eso. Por impulsos.
Básicamente, hago lo que me viene en gana en ese preciso momento, sin llegar a pensar a dónde llegaré con mis actuaciones. No lo pienso ni antes, ni después. No me importa. 

Francamente (no quiero dármelas de interesante), estoy conociendo a demasiada gente. Y por gente me refiero a personas que me atraen sexualmente hablando... Pero ni una llega a darme lo que yo necesito. 

Después de un tiempo me he parado a pensar un poco. Y cuanto más pienso, más me frustro pensando que me han desconectado de las emociones y que estoy vacía por dentro.
¿Y que hago? Frustrada por todos esos impulsos; termino en la parte de mi cabeza mas deshabitada, más destartalada y más rota que encuentro, y la intento llenar con mis ganas. Ya sabéis... Con la menor ropa posible.


lunes, 2 de noviembre de 2015

Nueva etapa

Mucho tiempo pensando que yo era la que había creado una situación así cuando la realidad era una puta mierda.

Escribo este post porque necesito plasmarlo en papel y dejar que parte de mis pensamientos se despejen y descansen.
**
Cuando uno está al borde del abismo (y dirás, esta que está, en un acantilado?, pues no, pero preferiría que alguien me hubiera tirado de uno si llego a saber lo que estaba por venir), ni si quiera es consciente que te separas del mundo y te separas de todos tus principios, de todo lo que quieres. De todo lo que eres.
Y es que no se si me entendéis. La gran mayoría de las veces, piensas que si te pasara a ti, podrías con todo. Que nadie te iba a controlar porque eres demasiado lista para que te hicieran algo así. Eso pensaba yo
Pues bien, esto es lo que me pasó a mi. 
Toda una vida con una coraza tan grande como la inmensa muralla china. Una sinvergüenza despreocupada que pasaba de las flores, las citas y las gilipolleces de querer a alguien. Y tan pronto como se fue desvaneciendo.. Caí en las redes de un psicópata (fuerte la palabra la verdad, pero cualquier adjetivo calificativo se le queda corto). Y en que momento caí.
**
Uno piensa que es su momento; te dejas llevar (al fin y al cabo era mi primer "amor") y sientes mariposas y una verdadera selva en tu estómago rugiendo con ganas de darlo todo y volar bien bien alto junto a esa persona.
Era tan inocente.. Tan joven para todo. No solo para el amor. 
Crees que la vida es de color de rosa hasta que poco a poco tu vida se va apagando sin que tú te des cuenta. De verdad, es una carrera de larga distancia. Y un día te das cuenta de que consiguen darte palos y ostias por todas las partes de tu cuerpo, tanto psíquicamente como físicamente. Y sabéis lo peor? Que pensáis que es culpa vuestra.
Y comienzas a meterte en un bucle.. Y no te das cuenta de hasta que punto te va a costar salir de ese agujero negro que te reconcome por dentro y te va absorbiendo toda tu energía, tus ganas de comerte el mundo, tu vitalidad, tu alegría y tu propia dignidad. Y por supuesto ya no hablar de tu autoestima y el amor que sientes hacia ti... O mejor dicho que sentías.

Me salto los detalles escabrosos y paso al final.
Acabe como un vegetal asocial, incapaz de hacer nada por mi misma. De verdad, fue la época más miserable de mi vida. 
Él creo una dependencia muy fuerte sobre mi.. Alejándome de experiencias, de amigos... Incluso de mi familia. De mi propia familia.
Responderme... ¿Quién coño se creía él para hacerme eso? A mí o a cualquier otra persona.
Volvía a mi casa deseando su muerte. Deseando que le atropellara un puto camión de mudanzas o que se tropezara en un puente y cayera al vacío tan fuerte y tan alto que nunca mas nadie volviera a saber nada de su puta existencia. 
Me lo estuve planteando varios meses hasta que le eché agallas y fuerza; después de acabar en un puto hospital por su culpa. 
Era la primera vez que hablaba de mi historia... Puede parecer patético que lo supieran antes médicos y enfermeras que cualquier miembro de mi familia. Pero es la pura realidad.

Me enviaron a psicólogos y muchas más tonterías que no me sirvieron para nada. Mentía a todo el mundo... Pero lo peor es que seguía mintiéndome a mí misma. 

No se cómo pero siempre que lo dejaba, él acababa metiéndose en mi mente y volviendo a controlar mi cabeza... Y volvía otra vez a dejar que hiciera lo que quisiera conmigo.

Hasta que un día respiré una gran bocanada de realidad.

Como si estuvieras metida en un bunker y te estuvieran suministrando dióxido de carbono en pequeñas dosis durante dos años; hasta que un día cae una lluvia torrencial que lo inunda todo y de la presión hace que explote y es ahí cuando puedes de verdad respirar de pura felicidad. Habiéndote quitado el mayor peso de tu vida.

**

Ya han pasado dos meses desde el día que deje de ser nadie a volver a ser yo. Ya salgo de nuevo otra vez a la calle para hacer todo lo que me pide el cuerpo, sin ese puto animal pegado a mi como una lapa que me oprimía todo el cuerpo sin dejarme respirar un solo segundo.
Es lo más difícil con lo que he tenido que lidiar en mi vida y espero que nunca más tenga que hacerlo. Un obstáculo muy grande y mucho más para una niña inocente sin experiencias en los sentimientos...
Estoy orgullosa de mi, estoy orgullosa de poder haber salido de esa relación tan enferma y tan complicada que me consumía por dentro y por fuera. 
Nunca he aprendido tanto. 
Y la verdad es que agradezco haber pasado los peores últimos meses de mi vida... Ya que podría no haberlo superado nunca y estar toda una vida sometida a la crueldad de un hombre que no merece nada en este mundo.

Aquí dejo algo que realmente me ha costado mucho tiempo materializar en palabras.

Ojalá que las personas que estén pasando esta situación acaben dándose cuenta algún día que nadie merece que te traten como una mierda. No somos objetos, ni mentes a las que pueden manipular.. 
Al menos, después de esto nunca más podrán conmigo. Y ahora si que lo pienso de verdad. Y sé que lo puedo decir con toda la seguridad del mundo, bien alto y bien fuerte.



lunes, 28 de abril de 2014

Profundamente alterada. Con ganas de gritar.

Ese momento en el que una persona no deja de llevarte la contraria, o te grita, o te habla mal, o no te escucha o no para de decir incoherencias...  Acto seguido, el momento en el que por unos segundos, te quedas callado, no oyes las gilipolleces que está diciendo esa persona; y por ese momento solo puedes escuchar el sonido leve de tu respiración agitada
Y por un segundo piensas -debería calmarme.- Pero no, justo escuchas esa palabra, esa maldita palabra que tanto repite, esa frase que tanto le gusta. Y entonces es cuando sin pensarlo ni una milésima de segundo te enrabietas tanto, que o cuelgas el teléfono inmediatamente, y vas contra el pasillo de la habitación a darle una paliza a la pared; o bien le sueltas una sarta de insultos y gritos sin sentido mientras entras en un bucle que nadie puede parar.
Pero entonces lloras de impotencia.
Lloras.
Si, eso es. Lloras porque lo odias, odias que haya pasado eso. Odias a esa persona que te hace tanto daño con unas simples palabras. Con unas palabras que se han formado con letras, con las mismas letras que tu conoces y que empleas para decir cosas maravillosas a esa persona.
Que vida mas puta.
No se puede ocultar la maldad de algunas personas por mucho que se esfuercen. Saldrán siempre de su maldita y sucia boca. 
Estar pendientes de no hacer daño a la gente que quieres. Aunque sea por despecho no lo hagáis nunca. 
Lo malo es, que se acaba pagando, en mi caso, con uno mismo. Metida en un bucle sin vuelta atrás. Que no alivia ni el helado de chocolate, ni correr hasta morir asfixiado, ni tener sexo. 
Es un asco infinito. Y desgraciadamente, solo te podrá sacar la persona que te ha metido en ese remolino de odio e infinitas incoherencias mentales.


martes, 23 de julio de 2013

Solo quiero agarrarte y que me comas bien fuerte.

Estando en un profundo estado de ausencia en mi cama, me puse a pensar de repente.
Me puse a pensar y pensé que qué feliz era.
Que solo tengo que despertar para verle a mi lado acurrucada y echa un ovillo alrededor de su cuerpo. Que antes de dormir me recorro todos los tatuajes de sus brazos con mis dedos... Uno por uno. Que le quiero hasta reventar. Que él da las mejores caricias del universo... Y ese momento en el que me coge los mechones de pelo que tengo delante de la cara mientras los rayos de sol inundan poco a poco la habitación, y él sonríe en silencio haciéndome ver que no hay mayor conexión en la tierra. Que solo estamos él y yo.

Bueno, está bien. Admitiré que nadie me come a besos tan bien, que esa sonrisa encantadora me vuelve loca.

El miedo nos hace estar vivos.

Una vez me dijeron que el miedo es como la ropa, al principio no es 
fácil despojarse de ella pero al final terminas completamente desnudo. 
La ventaja que tiene la ropa sobre el miedo es que, si tú no eres capaz 
de deshacerte de ella, siempre habrá alguien dispuesto a hacértela 
jirones. 
Aunque si tienes suerte, igual te encuentras con una persona 
capaz y dispuesta a arrancarte el miedo con sus dedos.